Dios en la tierra

“Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su Gloria (la gloria que corresponde al unigénito del Padre), llena de gracia y de verdad.” (Juan 1:14)

Los directores de películas han perfeccionado el elemento de la sorpresa. Usando tecnología avanzada, pueden crear efectos especiales para hacer que la audiencia empiece a reírse, llorar o gritar. Cuando Jesús llegó a la tierra había un elemento de sorpresa. Las personas no estaban esperando un Mesías que llegaba silenciosamente. Estaban esperando un Mesías que interrumpía al gobierno romano y empezaba a gobernar.

Sin duda, los discípulos también estaban esperando una demostración espectacular de poder político. Se peleaban para ver quien obtendría una mejor posición en el nuevo reino. Malentendieron el propósito de Jesús. Juan nos ayuda a entender lo que en realidad sucedió, Dios se acercó a nosotros.

Jesús, la Palabra Viva, se hizo hombre y los discípulos experimentaron todo esto. ¿Importa en realidad cuál es nuestro título, si Dios está presente en nuestras vidas? ¿Importa, en realidad, la cantidad de dinero que ganamos o cuántas cosas materiales podemos adquirir?

Los discípulos literalmente vivieron con Jesús. Ellos pasaron tiempo comiendo, hablando y observando al Creador del mundo en acción. Fueron testigos de Su ministerio de sanidad y aprendieron de Sus enseñanzas. No importaba si ellos estaban cerca del mar o sobre una montaña. La clave era que Dios estaba presente con ellos. Él estaba cerca y disponible. No olvide lo que es importante en la vida.

No importa su posición profesional, hay mucho más en esta vida. Apartando tiempo para hablar con Dios y escuchar Su voz son elementos esenciales de la fe. Leyendo la Palabra de Dios y permitiéndole que haga ajustes en nuestra vida es doloroso, pero necesario. Dios lo poda para hacerle crecer. En Cristo Jesús encontramos la gloria de Dios. Reflejamos esta gloria cuando nuestra vida encaja con nuestra identidad. Su identidad se encuentra en una persona, Jesús, no en una posición. Anímese, en este momento Dios está cerca de usted. Aférrese a Él ahora en oración.

Repase:  Abra su Biblia y lea Juan 15:4-5

Reflexione:  Considere lo siguiente: ¿Qué tengo que hacer para pasar más tiempo con Jesús? ¿Deseo más la aprobación del hombre? ¿Está visible el amor de Dios, misericordia y justicia en mi vida?

Responda:  En oración, pregúntese, “Señor, ¿qué debo cambiar a la luz de estas verdades? ¿Cuáles pasos debo tomar?”

Un Devocional de nuestro libro, Andando con Jesús.

Nacido de Dios

“Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (Juan 1:12-13)

La frase, “¿Quién es su papá?” se hizo popular hace unos años cuando una película de deportes describió la historia de un equipo de fútbol americano. Un joven orgulloso no pudo contar con la ayuda de la influencia de su padre para jugar en el equipo. El entrenador aclaró que él era ahora su nueva autoridad, no su padre. El atleta tuvo que someterse a las leyes del entrenador.

Cuando usted acepta a Cristo como Salvador, su certificado de nacimiento espiritual cambia. El Espíritu Santo sella este certificado divino. Ahora es hijo del Rey Eterno y propiedad de Dios. Dios es su Padre Celestial. A través de su fe en Cristo, usted tiene acceso directo a Dios. Ahora tiene el privilegio de vivir para un propósito más alto—El Reino de Dios.

Como usted fue nacido de Dios, sólo tiene sentido que usted viva para Dios. Cada nacimiento espiritual tiene un propósito divino. Ahora es Dios quien dirige su vida. Cuando usted se levanta por la mañana, pregúntele a Su Rey, “¿Qué desea que yo haga hoy? ¿Qué tengo que ajustar en mi calendario? ¿Con quién debo hablar hoy de Jesús?”

En cada reino, la voluntad del Rey tiene que prevalecer para que el reino prospere. Para que esto suceda, toda persona bajo su dominio tiene que someterse a su liderazgo. Como usted fue nacido de Dios, sólo tiene sentido someter cada parte de su vida a Dios. Esto incluye sus sueños personales, planes familiares, aspiraciones de carrera, finanzas y actividades.

Esto es lo que la mayoría de las personas olvida. Sometiendo su vida totalmente a Dios es el mejor paso que usted puede dar. Usted encontrará su mayor satisfacción en esta vida cuando Cristo fluye a través de su vida. Su sumisión total lo dirige a su satisfacción total. En el Reino de Dios, sumisión trae libertad.

Ahora es libre a vivir como Dios lo diseñó. Como usted nació de Dios, sólo tiene sentido vivir para los propósitos de Dios. Alinee su vida con la voluntad perfecta de Dios.

Repase:  Abra su Biblia y lea Romanos 12:1-2

Reflexione:  Considere lo siguiente: ¿Cuál parte de mi vida tengo que someter al dominio de Dios? ¿Por qué demoré tanto?

Responda:  En oración, pregúntese, “Señor, ¿qué debo cambiar a la luz de estas verdades? ¿Cuáles pasos debo tomar?”

Un Devocional de nuestro libro, Andando con Jesús.

Desconocido y rechazado

“En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, pero el mundo no la conoció. La Palabra vino a lo suyo, pero los suyos no la recibieron.” (Juan 1:10-11)

¿Le ha pasado a usted esto antes? Empiezas a trabajar en un proyecto de grupo y los que están supuestos a ayudarle deciden abandonarlo durante el proceso. Ahora estás solo. No hay ayuda y no hay mucho tiempo antes de la fecha de entregar el proyecto. La necesidad de dormir se reemplaza por la necesidad de terminar a tiempo. Usted decide pasar la noche entera trabajando en el proyecto para asegurarse de que está bien.

El profesor pregunta, “¿Cuál fue su contribución a este proyecto?” Usted se vira y responde, “Hice todo el trabajo.” De repente, sus “socios” lo rechazan y deciden no hablar con usted otra vez. Aunque sus intenciones eran buenas, no les importa. Aunque su estrategia original incluía a todos, ellos deliberadamente decidieron no participar. Si usted ha sentido el dolor del rechazo, sabe cuánto duele esto. Si usted sigue a Jesús, el rechazo de otros es inevitable.

Jesús es Él que creo todas las cosas. Pablo escribe, “Para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas, y a quien nosotros pertenecemos; y un solo Señor, Jesucristo, por medio de quien existen todas las cosas, incluso nosotros mismos” (1 Corintios 8:6). Es difícil de entender y aún más difícil de creer que aunque Jesús creo todo, Él fue despreciado y rechazado por Su propia creación. Esto no era territorio nuevo para el Señor. Los profetas del Antiguo Testamento luchaban con este mismo rechazo y rebelión mientras que ellos proclamaron la Palabra de Dios a Israel. Isaías declaró, “Todo el día tendí mis manos hacia un pueblo rebelde, un pueblo que va por mal camino y en pos de sus pensamientos” (Isaías 65:2).

¿Se puede imaginar la gran tristeza en el corazón de Dios? Dios envió los profetas a Su pueblo Israel para darle dirección, pero el pueblo decidió rechazar a su Mesías. Dios le envió varios más para comunicarle Su Palabra pero los resultados fueron los mismos—rechazo, rechazo y más rechazo. La creación rechazó a su Creador. Esto es increíble.

Repase:  Abra su Biblia y lea Jeremías 7:25-27

Reflexione:  Considere lo siguiente: ¿Cómo describió Dios a las personas en Jeremías 7:25-27? ¿Qué hicieron? ¿Qué no hicieron?

Responda:  En oración, pregúntese, “Señor, ¿qué debo cambiar a la luz de estas verdades? ¿Cuáles pasos debo tomar?”

Un Devocional de nuestro libro, Andando con Jesús.

Camine como hijos de luz

“La Palabra, la luz verdadera, la que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” (Juan 1:9).

Jesús es la Luz Verdadera. El mundo estaba en oscuridad total hasta que Jesús, la Luz Verdadera se apareció. Aunque muchos se declararon la Luz Verdadera, este título fue reservado para el Señor Jesús. Como se pueden imaginar, muchos han rechazado a la Luz Verdadera.

Dios se revela de muchas maneras. Su sabiduría es revelada a través de la creación. Su amor se muestra en la cruz y Su poder se mostró en la resurrección de Su hijo, Jesús. En realidad, Dios y Sus caminos no son un secreto. Los caminos de Dios son claros, muy claros, pero las personas deciden rechazar la verdad y vivir en oscuridad completa.

“Para ellos, lo que de Dios se puede conocer es evidente, pues Dios se lo reveló; porque lo invisible de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, y pueden comprenderse por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:19-20).

Es Jesús quien saca las personas de la oscuridad (Isaías 60:1-3). Considere esto por un momento. Jesús es el único que puede romper las cadenas de la oscuridad en la vida de esos a quien usted conoce. Visualice la cantidad de relaciones que Jesús puede restaurar y las heridas emocionales que Él puede sanar por completo.

Pablo escribe, “Pues Dios, quien dijo: ‘Que haya luz en la oscuridad’, hizo que esta luz brille en nuestro corazón para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo’” (2 Corintios 4:6, NTV). Es a Jesús quien las personas necesita conocer y experimentar.

Pablo escribió, “En otro tiempo, ustedes eran oscuridad; pero ahora son luz en el Señor. Por tanto, vivan como hijos de luz” (Efesios 5:8). La luz de Dios brilla a través de su vida. Solamente hay una Luz Verdadera—Jesús. Continúe caminando en los caminos de Dios. No permita que la oscuridad lo distraiga. Deje que Jesús brille hoy a través de su vida.

Repase:  Abra su Biblia y lea Romanos 1:19-20

Reflexione:  Considere lo siguiente: ¿Estoy respondiendo por fe cuando escucho la verdad de Dios? ¿Hay una verdad que he decidido ignorar? ¿Tengo dificultad en siempre hablar la verdad? ¿Por qué?

Responda:  En oración, pregúntese, “Señor, ¿qué debo cambiar a la luz de estas verdades? ¿Cuáles pasos debo tomar?”

Un Devocional de nuestro libro, Andando con Jesús.

De desorden al orden

“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién podría yo temer? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿quién podría infundirme miedo?” (Salmo 27:1)

No hay nada mejor que tener la luz apropiada en un lugar oscuro. Cuando hay la necesidad de encontrar un objeto pequeño en su ático oscuro y a la linterna le falta la carga, tiene problemas. Pero cuando un vecino extiende una lámpara eléctrica que está conectada a una fuente de corriente, puede encontrar hasta el objeto más pequeño. Cuando la luz correcta está presente, hasta las esquinas más oscuras se muestran con la luz.

La oscuridad no puede escaparse del poder de la luz. El poder de la luz revela lo que está oculto y escondido a la vista natural. La luz clarifica y despliega lo que es difícil de observar. La luz es buena, muy buena. Trae orden al desorden. La luz da forma a lo que no tiene forma y llena lo que está vacío. La luz vence y dirige a la oscuridad.

Desde el principio de la creación del mundo, caos absoluto y oscuridad fueron transformados en gran belleza, a través del poder de la luz de Dios. Note por favor el poder original de la luz de Dios cuando regresamos a la creación. Imagínese estar sentado mirando a estos eventos en vivo.

“Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas cubrían la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas. Y dijo Dios: ‘¡Que haya luz!’ Y hubo luz. Y vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas; a la luz, Dios la llamó ‘Día’, y a las tinieblas las llamó ‘Noche’. Cayó la tarde, y llegó la mañana. Ése fue el día primero.” (Génesis 1:1-5)

La luz es una de las características de Dios. El carácter distintivo de la luz refleja la naturaleza de Dios. El salmista declara, “Te has envuelto en un manto de luz. Despliegas la cortina de estrellas de los cielos” (Salmo 104:2, NTV).

Isaías nos dice, “El Señor, la Luz de Israel, será un fuego; el Santo será una llama. Devorará con fuego los espinos y las zarzas, y en una sola noche quemará al enemigo por completo” (Isaías 10:17). Dios quiere revelarse al hombre. Él quiere que las personas lo conozcan. Dios es luz.

Repase:  Abra su Biblia y lea Juan 3:19-21

Reflexione:  Considere lo siguiente: ¿Qué es lo que Dios ha cambiado del desorden al orden en mi vida? ¿Colaboré con Dios libremente o estaba luchando con Él para parar este cambio?

Responda:  En oración, pregúntese, “Señor, ¿qué debo cambiar a la luz de estas verdades? ¿Cuáles pasos debo tomar?”

Un Devocional de nuestro libro, Andando con Jesús.

Revelando la oscuridad

“Yo soy el Señor. Yo te he llamado en el momento justo, y te sostendré por la mano; yo te protegeré, y tú serás mi pacto con el pueblo y una luz para las naciones. Quiero que abras los ojos de los ciegos, que saques de la cárcel a los presos, y de sus calabozos a los que viven en tinieblas” (Isaías 42:6-7).

Una lámpara cumple con su propósito cuando provee luz. No le ayuda a nadie cuando usted tiene una lámpara de cinco pies en medio de un cuarto oscuro y lleno de cosas y no la enciende. Cuando la lámpara está apagada, puede causar daño a los que están en el cuarto. Las lámparas están diseñadas para alumbrar la luz. Ellas eliminan a la oscuridad cuando iluminan a su alrededor.

Jesús vino para mostrar y destruir las obras de la oscuridad. Él intencionalmente hace que las obras de Satanás sean públicas. Aquellos que necesitaban sanidad física, Jesús los restauró. A los que estaban encarcelados por el pecado, Jesús los ha liberado de su esclavitud. Aquellos que estaban sin esperanza, Jesús proveyó esperanza. A los que necesitaban salvación, Jesús les ofreció Su vida como el sacrificio por sus pecados.

En cuanto al Mesías, el profeta Isaías escribe, “Él dice: ‘Harás algo más que devolverme al pueblo de Israel. Yo te haré luz para los gentiles, y llevarás mi salvación a los confines de la tierra’” (Isaías 49:6, NTV). Dios quería exponer la oscuridad y destruirla dentro de cada grupo étnico a través de Jesús.

Desde el principio, el plan de Dios era redimir a las naciones (Génesis 12:1- 3). Piense en la gran esclavitud, dolor y sufrimiento que resultan del pecado—oscuridad espiritual. A veces es el pecado de otros que contribuye a la destrucción de los que están a su alrededor.

Jesús vino para destruir el poder del pecado. El vino para infundir la Luz de la Vida dentro de la oscuridad de su vida. Dios no quiere que usted viva en opresión. Él no quiere que sea un prisionero del pecado. Dios quiere que usted sea libre. Él desea que usted encuentre la libertad verdadera. Dios revela la oscuridad de su vida para traerle a la Luz de la Vida, Cristo Jesús.

Repase:  Abra su Biblia y lea Juan 5:31-32, 35

Reflexione:  Considere lo siguiente: ¿Estoy enfocándome en cómo puedo ayudar a otros escaparse de la oscuridad? ¿Cómo puedo mejor brillar para el Señor Jesús esta semana?

Responda:  En oración, pregúntese, “Señor, ¿qué debo cambiar a la luz de estas verdades? ¿Cuáles pasos debo tomar?”

Un Devocional de nuestro libro, Andando con Jesús.

Enviado a proclamar

“Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Éste vino por testimonio, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por él. Él no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz.” (John 1:6-8)

Luego de meses de preparación, el momento finalmente ha llegado. Los invitados acuden temprano a una ceremonia en la que cada detalle ha sido sincronizado con gracia y belleza. El pastor termina con su mensaje después de que el novio y la novia dicen sus votos. Se miran profundamente a los ojos y sonríen con felicidad.

La multitud está lista para ponerse de pie para disfrutar de la celebración de la boda. Este es el momento que todos esperaban: el anuncio público de que ya son marido y mujer. El pastor eleva la voz y dice: “Los declaro marido y mujer”. Mira al novio y le aclara: “Puede besar a la novia”.

Después de 400 años de silencio revelador y mucha anticipación, Dios empezó a hablar a través de Su siervo, Juan el Bautista. Juan era un profeta valiente y aventurero. Aunque era profeta, no era un erudito religioso. No era un héroe político o un empresario astuto. Dios le dio a Juan una misión muy sencilla—ser testigo de la Luz de Vida, Jesús.

Su propósito era el dar evidencia a todo hombre de que Jesús es el Cristo, el Mesías prometido. El profeta Isaías declaró, “El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz; sí, la luz resplandeció para los que vivían en un país de sombras de muerte” (Isaías 9:2). El propósito de la vida de Juan fue preparar el camino para Jesús y proclamar que Él era la Luz de Vida. Juan fue enviado a proclamar.

En la misma manera, usted fue enviado por Dios para proclamar las buenas nuevas de Cristo Jesús. Dios le eligió para hablarle a otros de Su gran amor. Él quiere que todos vengan a conocer a Jesús como el sustituto para el pecado y la obra de redención en la cruz del Calvario. Dios desea que todos conozcan el poder de Su resurrección para la vida eterna. Usted ha sido enviado por Dios para proclamar Su mensaje de justicia, amor y esperanza.

Repase:  Abra su Biblia y lea Juan 3:25-28

Reflexione:  Considere lo siguiente: ¿Está mi vida atrayendo a otros a Jesús? ¿Qué puedo hacer para testificar más de Jesús?

Responda:  En oración, pregúntese, “Señor, ¿qué debo cambiar a la luz de estas verdades? ¿Cuáles pasos debo tomar?”

Un Devocional de nuestro libro, Andando con Jesús.

Levántese y vaya

“Entonces dije: “Señor, ¿qué debo hacer?” Y el Señor me dijo: “Levántate, y ve a Damasco; allí se te dirá todo lo que se ha determinado que hagas” (Hechos 22:10).

¿Ha experimentado en algún momento un encuentro dramático en su vida? El Apóstol Pablo experimentó un encuentro dramático con nuestro Señor. En la plenitud de su vida, Pablo fue reconocido como una persona alta en las áreas de religión, educación, política y liderazgo social (Filipenses 3:1-9).

Pablo era bien respetado, pero en bancarrota espiritual. Pablo tenía fama por perseguir a los cristianos. Él no entendía la fe cristiana. Pablo estaba decidido a vencer esta nueva doctrina eliminando a los creyentes. Sus acciones parecían racionales, patrióticas y justas. Pablo estaba dispuesto a destruir la fe cristiana sin importarle el costo.

Cuando Pablo estaba hablando a una audiencia grande en Hechos 22:6-11, él explicó cómo fue que la luz de Dios brilló en su vida, “Pero sucedió que de pronto en el camino, ya cerca de Damasco, lo rodeó un poderoso haz de luz que venía del cielo” (Hechos 9:3). Pablo le preguntó al Señor, “Señor, ¿qué debo hacer?” Dios le respondió, “Levántate, y ve a Damasco.” Dios nos quita de la oscuridad para llevarnos más hacia la luz. Dios tenía un plan para la vida de Pablo. Pablo estaba listo para seguir el plan de Dios.

La luz está diseñada para revelar. Cuando la luz de Dios brilla en nuestro corazón, revela la verdad de nuestra condición espiritual, la realidad de nuestro pecado. Nos olvidamos a veces que la luz de Dios siempre está brillando a través de nuestra vida. No siempre respondemos en el espíritu, pero la luz continúa brillando y expone la condición actual de nuestro corazón. Si permitimos que la luz de Dios elimine todo nuestro pecado, nuestra voluntad para servir a Dios puede aumentar.

Mientras usted mira dentro de su corazón hoy, ¿qué oscuridad está Dios tratando de quitar? ¿Cuáles áreas de la carne están constantemente llevándolo a la oscuridad? Mientras usted ora por sus amigos que no conocen a Cristo, ¿cuáles áreas de oscuridad lo están controlando? ¿Qué está usando el enemigo para evitarles llegar a la luz? Tome tiempo hoy para orar por ellos. Recuerde, usted fue diseñado para vivir en la luz.

Repase:  Abra su Biblia y lea Hechos 22:6-11

Reflexione:  Considere lo siguiente: Cuando fue la última vez que usted se ha preguntado, “¿Dios, qué debo hacer para Tu Reino?

Responda:  En oración, pregúntese, “Señor, ¿qué debo cambiar a la luz de estas verdades? ¿Cuáles pasos debo tomar?”

Un Devocional de nuestro libro, Andando con Jesús.

Ceguera espiritual

“La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.” (Juan 1:5)

Sin duda, usted ha estado en ese lugar en más de una ocasión. Usted empieza a compartir lo que Dios ha hecho un su vida con un incrédulo. Usted le cuenta de Jesús. Le explica la inhabilidad de alcanzar a Dios en su propia fuerza y que Jesús murió por sus pecados. Usted le suplica que rechace el pecado y rinda su vida a Jesús, pero no hay cambio.

Jesús dice, “Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:19).

No importa lo que usted le dice, simplemente no está interesado. Su esfuerzo parece como un tiempo perdido. No le importa las cosas espirituales. Creen que todo se arreglará sin ningún problema. Sabe, antes de que Dios lo trajera a Su familia por gracia y a través de la fe en Cristo Jesús, usted era ciego, espiritualmente hablando. Por su naturaleza de pecado, usted nació de esa manera. Usted no solamente vivía en la oscuridad, usted era oscuridad. Estaba vivo al pecado y muerto a Dios.

No importa su trasfondo educativo, usted no tenía la capacidad espiritual para entender las cosas de Dios. ¿Por qué? Bueno, estas realidades son de naturaleza espiritual y no física. Son entendidas y aplicadas cuando Dios despierta nuestro espíritu, y hace que Su luz brille en nuestro corazón. Es Dios quien recibe todo crédito por nuestro entendimiento espiritual. Es Dios quien recibe todo honor y gloria por nuestra salvación.

Pablo escribe, “Hablamos con palabras que el Espíritu nos da, usamos las palabras del Espíritu para explicar las verdades espirituales; pero los que no son espirituales no pueden recibir esas verdades de parte del Espíritu de Dios. Todo les suena ridículo y no pueden entenderlo, porque sólo los que son espirituales pueden entender lo que el Espíritu quiere decir” (1 Corintios 2:13-14, NTV).

No se desanimen cuando compartan el amor de Dios con otros y se ríen en su cara. No se enojen cuando las personas rechazan a Jesús. No discutan con los que no entienden las cosas espirituales. Recuerden, estos individuos son ciegos espirituales. No pueden ver las realidades espirituales como usted la ve. Ellos tienen ceguera espiritual.

Repase:  Abra su Biblia y lea 2 Corintios 4:4-6

Reflexione:  Considere lo siguiente: ¿Quién es responsable de la ceguera espiritual? ¿Qué específicamente no pueden ver?

Responda:  En oración, pregúntese, “Señor, ¿qué debo cambiar a la luz de estas verdades? ¿Cuáles pasos debo tomar?”

Un Devocional de nuestro libro, Andando con Jesús.

El gran diseñador

“Dios creó todas las cosas por medio de él, y nada fue creado sin él.” (Juan 1:3, NTV)

Uno de los programas más entretenidos en el Internet y en cable tiene que ver con diseñar y preparar pasteles elegantes para eventos especiales. Estos programas tratan con profesionales. Dependiendo en la complejidad del cliente, una orden puede tomar entre cuatro a dieciséis horas para diseñarlo, hornearlo, y construirlo. Usted aprende el secreto de mantener la integridad del pastel y como ellos aguantan el frío, viajes, y sorpresas inesperadas.

Algunos profesionales diseñan un pastel precioso, pero al final, no satisfacen al cliente. ¿Por qué? Porque el pastel no se mantiene completo hasta el final. Cuando llega al evento, una parte importante se derrumba. El peso del pastel es demasiado para su estructura. Poco a poco el pastel se colapsa del interior hacia fuera.

Jesús es el Señor Diseñador de la vida: “Por la palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas” (Salmo 33:6, NVI). Jesús es el arquitecto de la vida. Él es quien creó todo para que la vida pueda existir. Cada persona que usted ve es el resultado del Gran Diseñador.

Como Él nos ha creado, cada persona tiene un valor eterno en los ojos de Dios. Todo fue creado por Jesús y para Jesús. En Él, todo existe, todo se mueve, y todo tiene su lugar. Jesús es la fuente de vida. Él es nuestro Sustentador.

Jesús personalizó la realidad de la eternidad cuando decidió dejar Su gloria en el cielo para vivir entre nosotros, “Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su Gloria (la gloria que corresponde al unigénito del Padre), llena de gracia y de verdad” (Juan 1:14).

Jesús representó la manifestación física de la Palabra de Dios hablada. Él era la revelación de la Palabra de Dios en el Antiguo Testamento. Se puede imaginar mirar a la cara de Jesús y saber que Él fue responsable por cada cosa escrita en la Palabra de Dios. ¡Qué pensamiento tan poderoso!

Recuerden darle gracias al Señor Jesús por Su magnífica creación. Recuerde dirigir a otros a Dios a través de la obra visible de Sus manos. ¡Qué obra tan maravillosa!

Repase:  Abra su Biblia y lea Salmo 33:6 y Juan 1:1-14

Reflexione:  Considere lo siguiente: ¿Qué parte de la creación de Dios aprecia más? ¿Con quién debe compartir esto para dirigirle hacia Cristo?

Responda:  En oración, pregúntese, “Señor, ¿qué debo cambiar a la luz de estas verdades? ¿Cuáles pasos debo tomar?”

Un Devocional de nuestro libro, Andando con Jesús.